Sorolla, un jardín para pintar

Exposición en Caixaforum Sevilla

Organizada conjuntamente por la Obra Social «la Caixa» y la Fundación Museo Sorolla, «Sorolla. Un jardín para pintar» es una exposición diseñada especialmente para CaixaForum Sevilla (Camino de los Descubrimientos, esquina con la calle de Jerónimo de Aguilar) del 5 de julio al 15 de octubre de 2017.

La exposición que Caixaforum ha traído a Sevilla muestra la concepión del pintor de su casa-estudio de Madrid, lugar en el que trabajaba y vivía con su familia. El tener el estudio en casa tiene muchos beneficios, aunque también inconvenientes, especialmente para una mujer pintora, que como yo, atiende y siente las obligaciones del hogar. Por ejemplo, cuando la creatividad aparece tienes todo a mano es mucho más importante que las posibles distracciones que la vida familiar y hogareña te deparan. Y a Sorolla vivir y trabajar con su familia le encantaba.

Merece la pena ocupar una mañana para visitar esta casa de artistade las mejor conservadas de Europa.

En este caso la muestra de Caixaforum me ha parecido bastante completa y muy bien documentada: el paralelismo entre los jardines de la Alhambra, el Alcázar de Sevilla y el que se construyera en Madrid viene elocuentemente documentado por los mismos cuadros que Sorolla pintó;  analizaba concienzudamente los jardines de la Alhambra y del Alcázar de Sevilla, los pintaba y recopilaba elementos (columnas, fuentes, azulejos, árboles…) para construir el de su casa con elementos arquitectónicos y cerámicas andaluces. Esto se muestra gracias a más de 170 obras procedentes en su mayor parte del museo dedicado al pintor (óleos, bocetos, esculturas, azulejos, fotografías…)

Los jardines del Alcázar de Sevilla son de tipo renacentista, realizados por Vermondo Resta (el Grutesco, la alberca, las fuentes, etc.) mientras que los de la Alhambra se remontan a la época musulmana de los reyes nazaríes; pero tienen mucho en común: las fuentes, estanques, cerámica… Y, sobre todo, la luz y la exhuberancia de la vegetación.

 

Mirando el cuadro de Sorolla «La alberca. El Alcázar de Sevilla». 1910. Óleo sobre lienzo

Contemplando estos cuadros me recrimino por qué no pinto más, cada día lo que se me antoje, pintar sin parar…

Y dejar de investigar en la materia, técnicas, dejar de diseñar para negocios, para el sentido práctico. ¡La pintura pura! ¡Cuánto la añoro! Cuando veos estos pintores como Sorolla o Anglada Camarasa echo de menos el óleo, el color, el lienzo, la calle, la pintura del natural…

¿Por qué esa obsesión por ser distinto y original? ¡Cuántos hemos dejado de pintar al óleo para no pintar igual que lo han hecho otros! Y tantos que pretenden crear obras denominadas “plásticas” cuando no son más que escenografías, cuando no auténticas bazofias o realizaciones sin interés artístico alguno.

Recuerdo a una profesora de la Facultad que nos decía dibujad, pintad mucho; y no os preocupéis por el estilo; éste vendrá solo, saldrá. Como la escritura; uno no se preocupa de escribir con estilo y la grafía de cada uno es peculiar.