A veces la palabra surge como explosión y pincelada. Voy a ir introduciendo algunos textos poéticos, que son jirones de mi vida.
Saber que he de morir
y vivir sin saber
ni cuándo, ni cómo, ni por qué;
sí; vivir es morir sin descanso,
regenerarse células
naciéndome en las múltiples
de mi yo partes vitales.
Un día des-esperado
o esperado, quizá,
-¿quién sabe si en su vestido verde
o en el negro traje de la nada?-
mil millones de motas
de mi polvo vital
partirán del alba de mi cuerpo.
Y yo les gritaré
que vivan, sean, vengan:
¡Sustituid a mis células muertas!
Buscarán la aurora de un ser nuevo,
se morirán risueñas;
y mi mundo agradecido
vivirá su don en otra existencia
La música de las esferas I (2011). 38 x 48,5 cm. Clorotinta