Hace unos días visité una exposición llamativa por el color, todo muy bien entonado en la línea PopArt, pero con una visión actualizada desde la sensibilidad del siglo XXI. Varias salas recogen unas instalaciones muy interesantes; pero me voy a detener en una, la que llamo “peculiar restaurante”.
Como dicen en su folleto explicativo, “el arte vinculado a la estética y a la década de los 60 del pasado Siglo XX”, el arte pop, sirve para expresar una sensibilidad actual, un problema crucial. El plástico nos está colonizando y poco a poco, nos asimilará, como pueden devorarnos las tecnologías desde la inteligencia artificial.

Los valores plásticos y artísticos de la instalación son evidentes. Uno entra en el patio, convertido en restaurante y tiene la impresión de que hay unos seres extraños de plástico transparente (despersonalizados) comiendo en unas mesas de verdad con alimentos auténticos. Cuando te acercas te das cuenta de que los platos abundantes y bebidas están realizados a base de desechos de envases. El colorido y la forma propia del tapón, bolsa, caja, tubo, etc. es aprovechado para simular formas de alimentos. Se pinta, se traza con objetos desechables. Y el conjunto impresiona. Daría mucho que hablar. Y ese es un valor de la obra de arte: que da que pensar y hablar; no al revés; si una obra se tiene que explicar demasiado, carece de elocuencia.

EnModoArte está integrado por profesores de Dibujo de centros educativos de Sevilla y provincia, que desde 2014 asume “el reto de acercar el arte contemporáneo a las aulas mediante propuestas que indagan en las relaciones entre las prácticas artísticas y educativas a través del arte”.
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